sábado, 20 de septiembre de 2008

Mujeres ugandesas




A diferencia de las mujeres maghrebies, las ugandesas son abiertas, divertidas, atrevidas incluso. Siempre bromean, incluso de las situaciones mas duras de sus vidas. Saben reirse de si mismas.

Entre ellas existen multitud de redes invisibles en las que se apoyan y ayudan mutuamente.Redes familiares, de vecindad o amistad, formadas exclusivamente por mujeres y sus numerosos hij@s.
Gracias a estas redes de apoyo mutuo cualquier problema se divide en varias partes, y resulta por tanto mas facil de llevar. Especialmente en una sociedad en la que normalmente son ellas las que soportan exclusivamente el peso de sacar adelante a sus pequeñ@s.

Me gusta ese humor, esa sonrisa. Me hacen sentir en casa, segura. Como si nada pudiese pasarme. Como si realmente no estuviese sola.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Por tierras Karamajong


Como contaba Kapucinsky en Ebano, para los karamajong lo mas importante en la vida son las vacas. Todo lo demas es secundario. La vaca, animal sagrado, nos provee de todo lo que necesitamos: leche, carne, piel, pinturas rituales, espiritualidad.
La riqueza de una familia, su prestigio, estatus social, e incluso la esposa a la que un varón de la misma puede acceder se mide sobre todo en el numero de cabezas de ganado que posee. En una tierra inhóspita, calurosa y muy seca, poco se puede cultivar, y casi todos los recursos vienen de la ganaderia.

Nuestra visita a Karamoja, mas que celebrar la unión de un trabajador de VSF con una karamajong, fue una dura negociacion del numero de vacas que este iba a entregar a su futura familia política para que ésta le permitiese ¨llevarse¨a su futura esposa. En esos lares con estas cosas no se bromea, y el numero de animales entregados determinara en gran medida la futura prosperidad de la nueva familia que se va a crear.

Al atardecer, volvían a Matani, el lugar donde se celebraba la ceremonia, multitud de rebaños de vacas y cabras, compuestos por cientos de animales. Ante mi asombro por el gran numero, la respuesta de uno de los pastores fue tan solo de extrañeza "no, no, son poquísimos los animales que nos quedan, los Karacuna (guerreros karamajong) hacen incursiones cada noche, y si no fuese por la presencia del ejército, no nos quedaria ninguno. Ahora no tenemos CASI animales".

Como siempre, cualquier apreciacion es relativa.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Sobrevolando Africa

El vuelo que cubre el trayecto Amsterdam-Kampala es impresionante. A pesar de no ser la primera vez que volaba, ni tampoco que me aproximaba al continente africano, la dimensión del trayecto trascendió todos los que había vivido anteriormente.

Tras atravesar los Alpes, sus glaciares y cubres nevadas, a través de las costas griegas llegas al Mediterráneo, lleno de luz en esta epoca del año. Muy pequeñas, aparecen multitud de islas dispersas en el espejo azul de sus aguas, pero lo mejor esta aun por llegar.


El mar acaba abruptamente en la costa de Libia, donde se convierte de golpe en desierto. No se ve ni un solo punto habitado en las playas, ni una sola construcción, tan solo un enorme talud de arena que marca el límite entre las fuertes olas y el inicio de las dunas.

Es ahi donde comienzas a volar durante largas horas sobre el sahara, avistando tan solo de vez en cuando algun asentamiento apretado sobre sí mismo para protegerse, supongo, del dificil entorno.


El avión vira a la izquierda para entrar en la parte del desierto que ocupa Sudán, kilometros y kilometros de una aparente Nada, salpicados de desniveles irregulares, pequeñas montañas aridas, que aparecen de vez en cuando entre la superficie de dunas.


Entonces, de golpe, aparecere el cauce del mítico Nilo, serpenteando furiosamente entre tierras quemadas por el sol y la escasez de agua. A la izquierda, majestuosas, las cumbres de Etiopia, moles imponentes de granito desafiando el sol y enmarcando con una solemnidad inédita las planicies semideserticas que las rodean.


Cuando crees que nada puede cambiar, al llegar al sur de Sudán, el cielo se cubre totalmente de nubes. El desconcierto puede hacerte pensar que estas de repente en un vuelo al norte de Europa, tal es la densidad y el frescor que cubre todo. Miras hacia abajo y empiezan a aparecer kilómetros y kilómetros de selva, árboles, praderas, caudalosos ríos....todo ha cambiado. Acabamos de entrar en el África húmeda, yeahhhhhhhhhhhhhhhh.


La noche caía ya sobre Kampala cuando llegué, no pude avistar desde el aire el lago Victoria, u otros del norte como el Kyoga o el Alberto, pero igualmente el vuelo fue una experiencia realmente difícil de olvidar....